viernes, 9 de enero de 2009

El melón

El melón es el fruto de la melonera, planta que pertenece a la familia de las cucurbitáceas. Las características que más llaman la atención de esta fruta son su gran tamaño, no son raciones individuales como la mayoría de las frutas, y la corteza dura que le sirve de protección.

Melones de diferentes clases

Las variedades de melón más comunes en nuestro entorno son Futuro, Categoría y Piel de sapo. Todas ellas tienen una forma y un tamaño uniforme, aunque en el país también se comercializan otras variedades con características particulares.


Tendral: Se conoce también como melón de invierno ya que se vende desde noviembre hasta enero. Su corteza, de color verde oscuro, es muy gruesa y rugosa le hace ser muy resistente al transporte. Si el melón está sin madurar resulta poco sabroso y su sabor recuerda al del pepino.






Honey Dew: Por dentro y por fuera es de color amarillo pálido. A diferencia de la anterior su corteza es lisa y suave, la pulpa es muy jugosa, azucarada y crujiente. Fuera de la temporada también se pueden comer porque se importan desde Costa Rica y Brasil.







Galia: Su forma es esférica y el color de la corteza es verde hasta que madura y se vuelve amarillo intenso. Su pulpa es blanca verdosa y desprende un exquisito aroma.






Charentais o Cantalupo: Son frutos esféricos y algo aplastados que se identifican por las rayas longitudinales que atraviesan su corteza y por ser una de las variedades menos pesadas. Su piel es fina y amarilla y la pulpa destaca por su color anaranjado y su intenso aroma.











Una fruta refrescante y rica en antioxidantes

El melón es una de las frutas más refrescantes debido a que el 80 por ciento de su composición es agua. El 20 por ciento restante está formado por carbohidratos sencillos -principalmente sacarosa- por lo que su contenido energético es bajo; unas 52 Kcal por 100 gramos. Entre los minerales destacan el potasio y el magnesio. Es una fuente excelente de provitamina A -betacaroteno-, de acción antioxidante, en mayor cantidad cuanto más anaranjada es la pulpa. Su acción antioxidante también viene determinada por la vitamina C que se encuentra en el melón en cantidades importantes.

Tabla de composición por 100 gramos de porción comestible

Energía (cal)
Hidratos de carbono (g)
Fibra (g)
Magnesio (mg)
Potasio (mg)
Provit A (mcg)
Vitamina C (mg)
Folatos (mcg)*
52,4
13,1
0,8
11,8
320
3
32,1
2,7

*mcg = microgramos



Seleccionar un buen ejemplar

En el mercado es conveniente escoger los melones que sean duros y no presenten marcas. Hasta que el melón no alcanza su madurez su sabor recuerda al del pepino y una vez maduro se puede degustar el exquisito y refrescante sabor dulce que presenta. Detectar si un melón está maduro es importante porque al ser una pieza de gran tamaño conviene acertar en la elección. Para saber si un melón está maduro, hay que tomarlo entre las manos con firmeza: si al presionar suavemente los extremos cede un poco, significa que está bien maduro y es el momento ideal para consumirlo. Si se adquieren ejemplares verdes, se pueden dejar madurar unos días. En cambio, se han de rechazar los ejemplares que están pasados que se identifican por su corteza pegajosa.

Una vez abierto el melón, conviene guardarlo en la nevera cubierto con un film transparente, ya que desprende un olor muy fuerte y absorbe fácilmente el sabor de otros alimentos. Si está entero, es suficiente para que se refresque con meterlo en el frigorífico una o dos horas antes de servir.



Ingrediente estrella del verano

El melón, en todas sus variedades, es un excelente postre o un prefecto entrante -combinado con jamón o salmón-, teniendo en cuenta que se ha de servir bien frío. Se puede comer cortado en rodajas, relleno o acompañado de otras frutas como las grosellas o las fresas silvestres. Como postre el melón también puede formar parte de sorbetes y helados obteniendo un refresco fantástico o incluso se puede servir en forma de puding.

Sin embargo, esta fruta tiene muchas más utilidades además del postre. Forma platos tan conocidos como el melón con jamón que se toma como entrante. También es un ingrediente más de cremas frías y ensaladas de verano. Algunos alimentos que combinan bien con el melón en ensaladas son: hojas de menta fresca aliñados con aceite y limón, naranjas y berros o con apio muy picado, cebollas, aceitunas y mayonesa.

Aunque no es algo tan habitual, el melón también se puede incluir como guarnición de carne asada, foie gras o pollo asado con un toque especial que se consigue espolvoreando con pimienta.


Fuente: Consumer

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