¡¡Mi hijo no come vegetales!!
Esta situación suele denominarse neofobia. Definido por el psicólogo estadounidense William James (1842-1910), este trastorno se caracteriza por “una tendencia a rechazar cualquier cosa nueva, un miedo anormal y persistente hacia casi cualquier novedad”.
En los más chicos es una de las causas principales de inapetencia. Frente a esta situación, los padres deben procurar en primer lugar, no forzar al chico a que coma determinado alimento; en segundo término, probar la incorporación de éste progresivamente y cada tanto. Es decir: si la primera vez la comida no fue del agrado del chico, no hay que volver a dársela al día siguiente
Es muy importante que el niño no asocie un determinado alimento con alguna experiencia traumática, como vomitar, porque en ese caso, lo más probable es que lo rechace. También hay que cuidar la presentación de los alimentos, hacerlos atractivos y que estén a la temperatura adecuada.
El rechazo de los chicos hacia determinados alimentos es, en muchos casos, una causa de preocupación para los padres. Sin embargo, de acuerdo con los especialistas, tanto la mamá como el papá deben estar especialmente atentos no sólo a los requerimientos nutricionales de sus hijos, sino también a sus propios hábitos alimentarios.
En este sentido, si los padres siguen una dieta monótona en la cual los platos son siempre los mismos, es muy probable que en algún momento de su infancia, el niño desarrolle neofobia.
Los alimentos más resistidos
Aunque el término neofobia no discrimina el tipo de alimentos, un estudio inglés realizado entre 564 madres detectó que los niños no muestran rechazo a unos cuantos alimentos al azar, sino a un grupo estratégicamente elegido considerado por la especie humana como sospechoso.las verduras crudas y amargas, las que más gusto a "yuyo" tienen, son las más difíciles de introducir en la dieta. El pescado es otro de los más odiados por los pequeños.
Los niños tienden a rechazar lo verde, es decir, las verduras, así como también las frutas, identificadas con el color rojo. Cuando esto sucede, los papás cometen el error de ofrecer a sus hijos aquellos alimentos que están seguros de que los chicos van a aceptar y entonces se cae en las carnes, la papa, los postrecitos, los lácteos, las patitas de pollo, las hamburguesas y las salchichas.
La neofobia parece tener una excepción: los alimentos dulces. Con seguridad, un alimento nuevo, pero dulce no presenta dificultad para ser incorporado. De hecho, éste es el motivo por el que la mayoría de los preparados infantiles contienen azúcar.
Recientemente, en un importante estudio con gemelos, llevado a cabo por el equipo de la Dra. Cooke, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College de Londres, halló que aproximadamente el 80% de la tendencia infantil a rechazar alimentos nuevos, se debe a causas genéticas.
Las influencias heredadas genéticamente explican el 78% del puntaje de variación de neofobia alimentaria, mientras que factores de influencia ambientales sumaron solamente un 22% de la variación.
La mayoría de los chicos comen una amplia variedad de alimentos hasta los 2 años, cuando repentinamente dejan de hacerlo. La etapa puede durar hasta los 4 ó 5 años. Según los investigadores, se trata de una respuesta de la evolución. Las papilas gustativas de los chicos se cierran cuando empiezan a caminar, lo que hace que controlen más lo que comen.
Dicho rechazo podría haber sido una ventaja evolutiva en la prevención de las especies y su exposición a alimentos potencialmente tóxicos, según mencionaron los investigadores en el American Journal of Clinical Nutrition.
A pesar de que la neofobia parece ser genética, los médicos coinciden en que los padres de chicos difíciles no deben rendirse y cocinarles nada más que pastas. Debemos entender que la biología no es el destino.
Algunos consejos sobre como empezar a dar de comer a los bebés:
· Tolerar que el bebé rechace o reciba los alimentos según su gusto.
· El vaso de leche no debe ser reemplazado por mate cocido, té o café. Si rechaza la leche puede significar que no tiene hambre.
· Ofrecer nuevamente los alimentos rechazados luego de unos días.
· No darles jarabes ni vitamina que aumenten el apetito
· No introducir nuevos alimentos cuando están enfermos. Si no quieren comer, ofrecerles pequeñas cantidades de aquellos que les dan placer.
· No dar premios o castigos relacionados con la comida
· No agregar sal a las comidas
· No correr con la cuchara detrás del bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario