jueves, 30 de agosto de 2007

La Importancia de un Buen Desayuno

Como decían nuestras abuelas: para mantener la salud, hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe, y cenar como un mendigo. Y bastante de cierto tiene este refrán, ya que un buen desayuno, es la base para comenzar el día con más energía y mejor rendimiento tanto físico como intelectual.

El cerebro consume un 20% de la energía que obtenemos de los alimentos. Utiliza principalmente Hidratos de Carbono. Después de 6 a 8 horas de ayuno que mantenemos durante el descanso nocturno, es necesario este aporte de carbohidratos al cuerpo para su mejor rendimiento.

El desayuno despierta nuestro aparato gastrointestinal, activa los movimientos peristálticos, y promueve el tránsito intestinal por la mañana.

Además, realizar un buen desayuno y un tentempié a media-mañana ayuda a controlar mejor la ansiedad (no picar alimentos hipercalóricos o estimulantes a cualquier hora) y nos permite llegar más tranquilos a la hora del almuerzo. De esta manera se distribuyen mejor las comidas, y no se producen grandes altibajos en la glucemia ni en la secreción de insulina.


Sugerencia para el desayuno:

Comience la mañana con una fruta cítrica o su jugo, acompañado con una leche descremada con infusión, una chocolateada o capuchino light, o un vaso de yogur descremado. Para comer, puede optar por una compotera de cereales integrales en copos, o 2 tostadas de pan lactal integral untadas con queso magro, o un sándwich de pan integral con vegetales frescos y una feta de jamón cocido y de queso magro, o 4 galletitas integrales untadas con queso magro y mermelada diet.

Si utiliza azúcar para endulzar, trate de no utilizar más de dos cucharaditas de té por taza (10 gr.). Si está llevando un régimen bajo en calorías, opte por algún edulcorante de su preferencia.



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